Derramas,
final de la delicia,
una inicial translúcida en mi pelvis,
yo no sé qué mensaje,
qué gránulo de sal,
qué código del agua hallada entre tus sienes.
Y mi matriz es dulce
y es un astro expansivo.
Y todo me percibe: tengo un aura convexa.
Hay algo, alguno, alguien, como un rumor que emerge,
y su latido tiene la textura del crótalo,
y viaja, nido ebrio, por mi líquida entraña.
Escucha: hay una mano diminuta: está escribiendo
ese signo inicial de su relato.