Yo, expectativa de trazo, animal invisible aullando sigiloso en la paciente mirada de la eternidad, inclino la tiara hasta comer y borrar su luz.
Fracturándose su dolor, los muertos caen como esos pájaros del antes. ¿Qué atuendo espera la noche en su sorbo, su fragor, su frente caída en el polvo? ¿Tomarán el pasado en sus manos equivocadas? ¿Qué viento, qué piedra tragarán? ¿Cómo reducirán ellos el trazo sobre el lienzo, con el viento de aquí, del hoyo, equivocando el solemne ahora?
Llénenme, que muertos, de paisajes de ahora.
¡Qué extraviados! ¡Qué detenidos! ¡Qué esmeril les desvanece el paciente rostro con su atuendo de pañoleta?
Habrá cómo: lo que pase recorrerá su boca, detenido.