Explicación precisa

Mi vida son historias de pueblo trasplantado
pueblo al que le cortaron de tajo
el cordón umbilical con insolencia.

Son ficciones basadas en recortes
de cartas coloniales
y crónicas sangrientas.
Mi vida son historias
de población desarbolada
en mil e cuatro cientos noventa y dos,
año sin gracia, por lo mismo.

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Madre, nosotros también somos historia (I)

A Magdalena, mi madre

1

El aire húmedo, viejo familiar nuestro, te puso en mi memoria
con tu vida presente y anteriores vidas.
Cerré entonces el libro para acercarme al hombre
formando multitudes, dejé correr las voces,
dejé que envejeciera la tarde por ser tarde,
perdoné la flojera del bus y los enviones
y me puse a pensar copiosamente, verificando los recuerdos
en el manual de tus oficios regios.

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Madre, nosotros también somos historia (II)

No me puedo quejar de tu cariño del cual soy bien servido,
ni andarme por las ramas cuando hay que echar el hombro,
ni presentar excusas a quienes recolectan sentimientos dulces,
ni ser inexpresivo como los bustos de los parques
mientras sea tu nombre el engranaje central de mi existencia
y tu mano esté en las mías como una banderita,
mientras pases por la ventana de mi alma
invitándome a reandar tu vida más allá del tiempo
en que di con tu figura
y mi corazón realmente empezó a condescender.

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Nacimiento del sol

A Roque Dalton, cuya muerte fue doblemente injusta.

«Tengo Sol.’
Alma América

Nace enhiesto y donde le da la gana.
Si despierto a mi esposa se aparece
sembrado en sus pupilas como si fuera un aster.
Lo sabían los quechuas
y los que se mataban buscando oro en el lejano oeste,
lo han sabido los niños y también los locos.

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Oración del Todopoderoso

Todos somos hijos de Dios (de la puerta del templo para adentro.
Mientras oramos para que las cosas prosigan como están.)
creemos en su santo nombre (pues nos protege siempre, junto con la herradura
y el manojo de ajos, bendiciones todas para nuestros negocios);
lo alabamos (preferentemente al caer la tarde que es
cuando hacemos el recuento de todas las ganancias);
le damos gracias (porque podemos disponer a nuestro antojo lo concerniente
a la oferta y la demanda, y la alteración de pesos y medidas);
así mismo, le pedimos librarnos del mal (mal, a nuestro entender,
es el término justicia, si va de boca en boca de los que tienen hambre,
los pobres que pusiste, ¡oh Señor!, sobre la tierra, porque sí,
porque alguien tenía que encargarse de los trabajos rudos
para prosperidad de nuestra mesa,
ahora y siempre).

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Plural

Para escribir este poema,
pasé años buscándome las manos.
Debí quitarme telarañas de los ojos;
poner mi corazón al ritmo de las circunstancias
más que al de las novias efímeras
y, sobre todo, no olvidar que el poema
es la síntesis de toda una vida.

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Sueño imperfecto

Si en vez de ojos
me hubieran puesto piedras
de ríos cristalinos
o fragmentos volcánicos
o semillas
de ojo de venado.

Con los húmedos
ojos de un molusco
me habría conformado
para no tener nada
con las lágrimas;
quizá no contaría codazos
ni empellones
ni andaría buscándole bolsones
de luz a las ciudades.

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