Tanto tiempo que esperan esas flores
vagas, alertas desde los rosales,
ser envío de amores
secretos, potenciales
en culpas atrasadas
que no han nacido y viven desahuciadas.
Así no sé de males
míos, pero me importarán los daños
a las probables víctimas de engaños:
las rosas en esperas
de ser las verdaderas
rosas que envíe yo, ¡por tantos años!
¿Mi vida existe verdaderamente
fundada en esa imagen del envío
tan irreal a fuerza de pendiente
como cosa inventada a mi albedrío?
Para mí el mundo vive si lo siento,
nutrido por mi propio sentimiento.