A José Gorostiza
Un mar ondulante y sórdido es llama
de un naufragio.
Tu fotografía instantánea queda atrás
entre el infinito polvo que flota a través
de la ventana.
En el aire una barca rema hacia la arena
de tus versos.
Tu costilla se hace costa y tus ojos se vuelven
pequeños oasis melancólicos.