Hay un hombre desnudo que resume
una plegaria de astros milenarios
una ecuación silvestre de gemidos
y un misterio de dios excomulgado
Un hombre que se viste con la tarde
y desangra el dolor que enciende el alba
un hombre, en el pecado de llamarse
epicentro del deseo que me estalla.
Hay un hombre desnudo tras el velo:
un jardín de huracanes en sus manos
y esa lluvia triste de su pelo
dibujan el olor infinito de sus años.