III
Hija la tierra soy. Amante de la muerte.
A menudo en mis sueños la verdad se revela por
completo.
Crecen mis manos y mis pies hasta enroscarse
en un enorme tronco.
Deja que sea yo quien te penetre. Aunque
sea por una sola vez.
Soy dueña tan solo de mis lágrimas.
No sé llorar por dentro.