Caminar no es suficiente
el polvo del camino no hace vida
La mirada se aleja
Agua sobre el papel
y espuma sobre la palabra
Eres una grieta en el tiempo, Padre:
nada en ti dura y todo permanece.
Pronunciar la primera palabra
y acudir el desastre fue todo uno,
en aquel instante en que te dibujamos
el rostro de los días.
No pudo ser,
nunca pudo ser,
nunca habría podido ser,
y sin embargo, tenaces son las sombras
en su vocación de carne,
obstinado su aliento
y terca su palabra.
Vivir no tiene nombre.