Jau, 54 de Salvador García Ramírez

Estimado Hóspede:

Temos ao seu dispor
mesas antigas,
cuadros brumosos de pasado idílico,
alfombras
de anudado sopor
tras los visillos, calmas imprevistas
y para cada ofuscación una vidriera,
o algún pavo real entre los ficus.

Temos também
pontes que vuelan sobre el faro
estremecido de las cúpulas,
miradores al Tejo,
rejas, retratos, lámparas de seda,
rosados mármoles donde olvidar la suerte,
espejos que el reloj ya no arruina.

Sobretudo para os sentidos
hay además blandos salones
sustraídos
a la voracidad del viento;
contra el gris de diciembre
altas janelas, cálidas techumbres,
madera donde acompasar los pasos,
veladores, cojines, candelabros
con que mullir silencios,
rincones de licor para endulzar
o cheiro de las flores frescas,
cómodas en las que doblar recuerdos,
telas cuando se apaga la armonía.

Além do mais
temos en el jardín estatuas,
um pavilhão chinés
de un rojo acristalado
para los versos tibios,
Hermes solícitos,
planos verdes de sosegada vista,
caminhos curvos
donde olvidar naufragios,
tapias que aíslan,
frondas exóticas, bancos de sombra,
pajareras.

E caso necesite
la paz del cirio,
la luz redonda de las vírgenes,
temos também reclinatorios,
terciopelo y cristal
pintado en la capilla
donde rebosan las estrelas,
como era de bom tom
naqueles tempos.
Todo heredado para usted,

Boa estadía.