La claridad presa.
La mosca en su camino.
Y la mano que acude,
la ventana al fin
y ella trazando círculos,
rehuyendo la mano,
terca, contra su propia
sed de luz.
La claridad presa.
La mosca en su camino.
Y la mano que acude,
la ventana al fin
y ella trazando círculos,
rehuyendo la mano,
terca, contra su propia
sed de luz.