La contemplación (I) de Margarita Laso

y tus besos
como el órgano de la catedral
como sus tubos
largos
como el dejo de sus bajos

tus besos hondos
graves como la octava de pedales
cuyas lentas vibraciones son las últimas que escucha
el oído humano

fértiles como el teclado de tierra
y la resonancia de sus pesados temblores