Hacia los cuatro vientos,
el polvo del camino nos nubló la vista.
Descendimos
hasta volver.
Estamos en todas partes y no somos nadie,
sólo la noche nos rescata.
Nuestro horizonte es la cruz del sur
donde ojos entrecerrados
aún tocan música.
Hacia los cuatro vientos,
el polvo del camino nos nubló la vista.
Descendimos
hasta volver.
Estamos en todas partes y no somos nadie,
sólo la noche nos rescata.
Nuestro horizonte es la cruz del sur
donde ojos entrecerrados
aún tocan música.