Y un vislumbre se vio. ¡Era la lumbre!
que entre sombras lejanas se acercaba,
por violentos instantes se alejaba
y volvía otra vez la incertidumbre.
¿Era El Pájaro Azul allá en la cumbre
acaso, el mensajero que Ella enviaba?
aún no sabía pero ya le amaba
la Voz del Pueblo en recia muchedumbre.
¡La Voz del Pueblo! Como Voz del cielo
su esperanza mezclada con recelo
mas su coraje era dolor que ardía;
Sosteniendo su amargo desconsuelo
con su antiguo valor y alma bravía
retaban a la pólvora y al duelo.