El poder
de la palabra nunca
lo aspiro
en el olor que sube
del arroz que se prepara
La zanahoria amistada al grano
arrojada de manera arroz sobre el aceite
en carne viva
Escucho el retintín de los vasos en jabón
y el hielo
que cruje aplastado en la bandeja de mi aurícula derecha
entre el duro cristal que lagrimea
sobre la servilleta
Tiene un ojo suplicante la cuchara
y el otro se refleja plano v largo en el cuchillo
Esta rosa desvaída
es la esperanza en su lejano campamento