La escalera de Teresa Domingo Català

Me conmueven las horas de la noche,
el vibrante rotar de sus aletas,
el singular acento de sus párpados.

Como un niño, rescatan la inocencia
transgredida entre soledad y nieve,
la libertad del mundo de los sueños.

¿O esclavos son los sueños, la memoria
que nos dirige atrás sin pasaporte,
y nos revela a cámara encendida
la terrible verdad de la mañana?

De Jacob la escalera permanece
abierta a las ventanas de los ángeles,
que bajan al dosel de los infiernos
para entrever el mito del azogue.