La fuente de Esther de Cáceres

Entre árboles extáticos
y flores soñolientas,
cuando todos los astros del verano
caen sobre los jardines con ardiente cadencia
tus surtidores cantan
sobreviviendo!

Remotas aguas, columpiados barcos
descansan en tu dulce cara quieta.
Tus tranquilos mármoles
se dan al aire y sueñan
y la gran noche mágica
del jardín se levanta
para ver nuestro encuentro.

La muchedumbre de las fuentes canta
por esta sola boca tuya ¡Fuente!

Ya puedo amar sin vértigos
este espejo de sombras, este canto;
porque ciñes los mares de mi ser en la noche
y detienes el Tiempo!