Criatura entre otros ‘egos’ desligada,
la noche, en concreción de lo inconcreto
-al no ser la materia resignada-
cuelga de un mundo en su dolor concreto…
Desnace tras la luz, finge el secreto
de verse en el vacío, cuando nada
-si no la levedad del esqueleto-
la equilibra dejándola creada…
Lo infinitesimal que la descifra,
centra -con voz armonica la cifra,
que a su esférica forma la resuelva…
Y en lo posible, o imposible, vaga
-con sus ojos sin luz- yendo a la zaga
de la inviolable lumbre que: ¡la envuelve…!