Felicidad a veces, pero nunca
conseguirás la plenitud.
Aunque tu flecha alcance
el aire abierto, el viento, el sol,
el curvo espacio, la infinita carrera,
la longitud perdida de la tarde,
hay un caballo ilimitado
que sin jinete corre más allá.
Y tú, loco centauro, has de saberlo
y conocer qué límite te obliga
a ser mero jinete de ti mismo
inaprensible ecuestre del carcaj.
Pero lanzas tu flecha y nunca llega
donde tu sueño quiere ir, Quirón demente:
donde la noche es vida
y vida es el silencio,
donde germinan oros sin medida,
donde nace el temblor del talismán..!