No siempre ocurre, pero a veces acontece, que algunas gavio-
tas descienden en la playa.
Desde mi alta ventana las veo planear hasta lo imposible
y luego descienden a la playa.
No siempre ocurre, pero a veces acontece, que una ola las
alcanza interrumpiendo su descanso.
Desde mi alta ventana las veo entonces elevarse hasta lo
imposible, para después descender a descansar en la playa.
No siempre ocurre, pero a veces acontece, que mis ojos son
gaviotas y descienden en la playa junto al mar que se edidica
detrás de mi alta ventana. Entonces lloro por mí mismo
y por algunas gaviotas que no están más a mi lado.