Capitán,
padre mío,
capitán de navío,
¿dónde están
las ciudades azules
y los puertos sombríos,
y las lindas mujeres
que murieron de hastío,
esperando tu vuelta?
Capitán,
padre mío,
¿dónde están los ocasos violentos,
las velas que cantaban
en las manos del viento,
y el negro de Manila,
que te iba a matar:
las leyendas de Cuba,
las leyendas del mar,
Capitán
padre mío,
dónde están… dónde están?
Ahora eres un barco,
encallado en los pueblos;
te aburres como todas
las naves, en los puertos,
quisieras ver tu vela
enganchada en el viento…
¡navegar, navegar!…
Y veinte marineros,
como veinte recuerdos,
encienden con sus pipas
los horizontes negros.
Capitán,
padre mío,
¿dónde están,
las ciudades azules
y los puertos sombríos?…
Capitán,
padre mío,
¿Dónde están?… ¿Dónde
están ?