Las tensiones primordiales
forman a menudo una cruz
es decir, se resuelven en un punto
y punto con punto con punto
construyen el núcleo de la red
donde los vacíos intermedios sostienen
el curso y el devenir del mundo
como se sostiene desde siempre
el telón endeble que simula el cielo.
Y entre mi yo y mi propia imagen
existe el espacio donde habita
el misterio de la apariencia.
La soledad podría ser entonces
el intento estéril
de conectar esa apariencia con otra,
la apariencia del otro.