Regresamos a la tierra nunca propia
huella de patria imaginaria. Llevamos
por dentro la casa, el árbol y el sueño.
En una pared rentada
mi hermana retiene una fotografía:
fragmentos mediterráneos.
Hablamos el idioma donde no existe
posesión de las circunstancias.
nuestra infancia sólo son palabras.
Hermana, la alegría del viaje nos abandona.
Sin geografía que nos sostenga
soñamos con el árbol y la casa.