I
La reina Til desnuda una risa de fragua.
Todos los pájaros de la danza nacen en su pie volátil.
Sus ojos parecen dos lebreles recién castigados…
Desde un país en donde se abre el huevo de las mañanas
vino el Príncipe a caballo de su alegría:
¡Busco tu risa forjada por herreros musicales
y alegre como la sal gema que hacen arder los brujos!