Un astrónomo viendo las estrellas
preguntó la razón
de por qué le faltaban las más bellas
a una constelación.
En vano ¡e1 infeliz! se fatigaba
queriéndolas hallar,
y del cielo a la bóveda miraba
¡qué habría de encontrar!
Cansado de mirar al firmamento
a tus ojos miró.
«¡Por fin!», exclama, y se marchó contento
pues entonces las vio.