Los desengaños del Mundo
Cristela Lozano
Los poderosos centellean en su oro pálido,
las clases pudientes aman su dialéctica,
no su ignominia,
vituperan la edad de oro totémica
pero creen en su plenitud.
Como titanes que emergen del asfalto,
esbeltos testimonios de obcecación temporal,
no los salva el amor, sino el dinero,
de la tierra, del caos, de donde exhuman la
plata.
Niegan la resurrección de la carne.
Buscan sus paraísos en estado amorfo,
sus huríes descamisadas,
y encuentran su némesis, su noche ebria,
sus dardos adventicios.
que traspasan su sombra cuando entrevén el
desamparo.
Pero es sólo un instante.
Reconciliados con las flores,
con voz atronadora, claman, chapotean
en la soledad,
viven en lo hueco del mundo.
Ya les ha cicatrizado la herida intemporal de la
usura.