Mar de septiembre de Ana Pelayo

Hoy el mar está solo,
como un enemigo insistente,
se acerca y chupa la arena,
malvadamente.

Como un ave de presa
las mojadas olas vigilan
los bordes metálicos de
un mar desconocido.

Protegiendo su profundidad,
extendiéndose su oscuridad,
como una amenaza,
sobre la arena
en forma
de un viento invisible.