Alma que mueres de amor,
dime lo que es despertar
en la alborada de Dios,
cuando se muere de amor.
Yo sé lo que es enfermar
y agonizar de pasión,
pero no he sabido amar
para morirme de amor.
Alma que mueres de amor,
dime lo que es despertar
en la alborada de Dios,
cuando se muere de amor.
Yo sé lo que es enfermar
y agonizar de pasión,
pero no he sabido amar
para morirme de amor.
Hay caminitos tristes, retorcidos,
por donde vamos siempre
cabizbajos y solos…
donde hay recodos hondos como nidos,
donde hay nidos de sedas
y cabecitas de oro…
Caminitos tan nuestros, donde entramos
con devoción fanática y humilde…
caminitos divinos,
que nos llevan tan lejos
del ambiente grotesco en que vivimos!
Yo sé que hay signos que a mi vida marcan
un límite cercano…
¿La Muerte?
Pienso en ella como en la Primavera:
más ansias que cuidado…
(Pero pienso en la tumba
y siento frío, hermanos…)
…………………………………………….
…………………………………………….