Cuánto se ha roto, Dios.
Tú que lo sabes,
dime por qué se agrietan las columnas,
se pudren los cimientos,
se desploma el palacio
donde pusimos oro, plata, bronce,
cerámica, cristal, flores y fuentes,
con el primor, la entrega
de eternidades casi.
Poemas de María de los Reyes Fuentes
El río es como un brazo de justicia
con su sentencia al fin: el tránsito, el ejemplo.
Y en todos los rincones de la tierra
brotan los ríos y los hombres, que fluyen, y discurren,
que abocan en su mar tan sentenciado,
definitiva fuente donde hundirse
con el desgarramiento de la huida.
Vienen sus llamas cuando ya no somos
materia combustible de esos fuegos.
Un viento las sacude, ya qué tarde
para descomponer la arquitectura
de piedra, en la que un día cuanto tiempo
convirtieron la dúctil, blanda casa
donde quisimos alojar su entonces
nada inflamable corazón llamando.