Mas ellos, caso que estaban
Sin favor y tan a solas,
Contra todos se mostraban,
Y claramente burlaban
De las coplas españolas,
Canciones y villancicos,
Romances y cosa tal,
Arte mayor y real,
Y pies quebrados y chicos,
Y todo nuestro caudal.
Y en lugar destas maneras
De vocablos ya sabidos
En nuestras trovas caseras,
Cantan otras forasteras,
Nuevas a nuestros oídos:
Sonetos de grande estima,
Madrigales y canciones
De diferentes renglones,
De octava y tercera rima
Y otras nuevas invenciones.
Desprecian cualquiera cosa
De coplas compuestas antes,
Por baxa de ley, y astrosa
Usan ya de cierta prosa
Medida sin consonantes.
A muchos de los que fueron
Elegantes y discretos
Tienen por simples pobretos,
Por solo que no cayeron
En la cuenta a los sonetos.
Daban, en fin, a entender
Aquellos viejos autores
No haber sabido hacer
Buenos metros ni poner
En estilo los amores;
Y qu’el metro castellano
No tenía autoridad
De decir con majestad
Lo que se dice en toscano
Con mayor felicidad.
Mas esta falta o manquera
No la dan a nuestra lengua,
Qu’es bastante y verdadera,
Sino solo dicen que era
De buenos ingenios mengua;
Y a la causa en lo pasado
Fueron todos carescientes
Destas trovas excellentes
Que han descubierto y hallado
Los modernos y presentes.
Viendo pues que presumían
Tanto de su nueva ciencia,
Dixéronles que querían
De aquello referían
Ver algo por experiencia;
Para prueba de lo cual,
Por muestra de novel uso,
Cada cual de ellos compuso
Una rima en especial,
Cual se escribe aquí de yuso.