Mas no se y e en todo éI un marinero,
Ni navecilla alguna se rastrea.
Pero que sc me den, suponer quiero,
Compai’ieros y nave cqué sirviera?
Puedo volver a un padre tan severo?
Aunque en mar sosegado y nao ligera
Con favorable viento navegara,
Desterrada lay de ml! siempre estuviera.
No te vere jamás lob patria cara!
En cien bellas ciudades compartida,
Do el mismo Jove niflo se criara.
Pues mi padre, y mi patria, de él regida,
Juntainente con él (iprendas amadas!),
Con mi negra traición quedó ofendida,
Cuando las hebras de mi mano hiladas
Te dl del laberinto, como guIa
En las sendas torcidas y enredadas;
Cuando tu falsa lengua me decia:
cTe juro por los riesgos en que estoy,
Que, viviendo los dos, serás tii mIa.
lAb! vivimos los dos (si aun vive boy
La que un perjuro asesinó tirano)
IVivimos layl y yo tuya no soyl
iOh, si la clava que rindió a mi hermano,
Me matara también! Tu fé jurada
Cesara con mi muerte lob inhumanol
No solo estoy previendo, desdichada,
Lo que yoy a sufrir, sino aun la suerte
Que caber puede a toda abandonada.
Cual ya presentes, mi temor advierte
Mil géneros de muerte, y su demora
Más me atormenta que la misma muerte.
Ya me parece que a esta parte ahora
Se aproxima de lobos turba hambrienta
Y con ávidos dientes me devora.
Tal vez torvos leones alimenta
Esta tierra feraz, tal vez no pocas