Ved antiguos deseos que pasan,
Aun sueños de hombres cansados,
Aun ensueños que fracasan;
¡Días de esperanza pasados!
¡Hoy mismo huyamos de su asedio!
No se ve más estrella alguna;
Hay sólo hielo sobre el tedio
Y un lienzo azul bajo la luna.
Ved antiguos deseos que pasan,
Aun sueños de hombres cansados,
Aun ensueños que fracasan;
¡Días de esperanza pasados!
¡Hoy mismo huyamos de su asedio!
No se ve más estrella alguna;
Hay sólo hielo sobre el tedio
Y un lienzo azul bajo la luna.
Lo busqué treinta años, hermanas,
¿Dónde se escondió?
Y marchó treinta años, hermanas,
y siempre me huyó.
Yo marché treinta años, hermanas,
Ya no tengo paz!
El estaba en todo, ¡oh hermanas!,
Y ya no está más.
Y si él retornara un día
¿Qué le habría de decir?
-Que lo esperó el alma mía
Hasta la hora de morir.
¿Si él cree mi respuesta vana
Y me pregunta algo más?
-Háblale como una hermana,
Porque ha de sufrir, quizás…
Tal vez que le diga, exija,
Dónde, entonces, estarás.
Ellos me anunciaron,
(Hijo, tengo miedo),
Ellos me anunciaron
Que él iba a partir…
Mi luz encendí,
(Hijo, tengo miedo),
Mi luz encendí,
Y me aproximé. ..
En la primer puerta,
(Hijo, tengo miedo),
En la primer puerta
La llama tembló…
Luego, en la segunda,
( Hijo, tengo miedo )
Luego, en la segunda,
La llama me habló…
En la tercer puerta
(Hijo, tengo miedo)
En la tercer puerta
La luz se apagó.
Lloro los labios ya gastados
donde los besos no han nacido,
y los deseos abandonados
sobre dolores abatidos.
La nieve cubre el arenal.
Del cielo gris, es duro el ceño.
Y en el alcázar de mis sueños
lobos que rondan el umbral,
y observan en mi alma cansada,
mirando aquello que pasó,
toda la sangre derramada
por el cordero que se heló.
Hay femenil temblor en mi alma.
Ved lo que hice, Señor:
De mis manos, lirios de mi alma,
De mis ojos, cielos de amor.
La palma y el anillo he extraviado
-¡Perdón, Señor, por mi humildad!
Por la oración que os he rezado
-Flor en un búcaro- ¡piedad!