Por el aire de los ojos me crecen las calles.
Por la congoja de las esquinas nadan mis sueños.
Voy, mi Buenos Aires querido, a putearte desde lejos.
Voy a ocultarte mi berretín por vos.
Voy a cerrar los ojos y verte más linda que nunca.
Me cago en Dios…
y en la calle Corrientes.