Soy César: Un traje gastado, dos corbatas,
va a llegar noviembre como dije
en un poema. Un tragaluz
me pone sombras y soy una mancha
que nació sobre una silla. «Me
doy contra todas las contras», un día
me gustó el olor a manteca, el
dormitorio usado, la palangana sin brillar
y se metió una mosca en mi cuarto
mientras buscaba el origen de mi felicidad.
Caí azulado, estrepitoso y bello
como un soldado joven, sobre mi cama.
El aleteo sin zumbido del insecto me
recordó que soy poeta, que morí
cuando hilaba en los versos frases
como «hembra es el alma mía»,
y en una tahona me estremecí invisible
pues me chupaba los dedos,
me elaboraba goloso mientras yacía
y tomaba migas de bizcocho, sorbos
de leche, tratados de amor debajo
del brazo yendo hacia muchos otros cuartos.