Nada, sino tu sombra de Julio César Aguilar

Nada, sino tu sombra
galopando.
Va y viene a través de las cortinas
translúcidas del pensamiento.
Y la atrapo.
Y consagro
las palabras
al silencio de tus manos.

Ah, la fatiga.
Cavé una fosa, en vano,
para tu luz distante, imperecedera.
Mas nada. Nomás la sombra
de un fantasma.