Nadir de Delfina Acosta

Amigo, hablemos de las cosas raras.
¿Tú crees en las ánimas, las sombras
de los asesinados y suicidas
que vagan? Los fantasmas hacen rondas
en torno a un niño gris. Los perros vagos
entonces mueven fiestas con la cola.

¡Nadir! ¡Nadir! Ayer soñé con ella.
Hecha Dios Padre, espíritu y alondra
me dijo mi Nadir que me soñaba
desde su muerte, al dar, la flor, la hora.
Yo le llevé recién cortadas brisas.
Amigo, se me ocurre que hay curiosas
criaturas de la tierra donde hay huesos
y almas. Y también existen bocas
de muertos insepultos convertidos
en el enjambre de un amor que llora.