El león y el ratón

Estaba un ratoncillo aprisionado
en las garras de un león; el desdichado
en la tal ratonera no fue preso
por ladrón de tocino ni de queso,
sino porque con otros molestaba
al león, que en su retiro descansaba.

Pide perdón, llorando su insolencia;
al oír implorar la real clemencia,
responde el Rey en majestuoso tono
(no dijera más Tito): «Te perdono.»
Poco después, cazando, el león tropieza
en una red oculta en la maleza;
quiere salir, mas queda prisionero;
atronando la selva ruge fiero.

 » Leer Mas…

Los animales con peste

En los montes, los valles y collados,
de animales poblados,
se introdujo la peste de tal modo,
que en un momento lo inficiona todo.
Allí, donde su porte el león tenía,
mirando cada día
las cacerías, luchas y carreras
de mansos brutos y de bestias fieras,
se veían los campos ya cubiertos
de enfermos miserables y de muertos.

 » Leer Mas…

Oh, gran Pepona, de saber profundo

(…)¡Oh, gran Pepona, de saber profundo;
grande en tu oficio! Deja que repita
para instrucción y norma de alcahuetas
la alta respuesta que a mi cargo diste,
dignas palabras de grabarse en bronce.
«Hijo, me dice un día, que a las once
quedó citada en la espaciosa lonja
de Trinitarios; hijo, está perdida
la putería; apenas lo creyera,
¿quién en mi mocedad me lo dijera?

 » Leer Mas…

A PEDRO ROMERO, TORERO INSIGNE

Cítara áurea de Apolo, a quien los dioses
hicieron compañera
de los regios banquetes, y ¡oh sagrada
musa! que el bosque de Helicón venera,
no es tiempo que reposes;
alza el divino canto y la acordada
voz hasta el cielo osada,
con eco que supere resonante
al estruendo confuso y vocería,
popular alegría,
y aplauso cortesano triünfante,
que se escucha distante
en el sangriento coso matritense,
en cuya arena intrépido se planta
el vencedor circense,
lleno de glorias que la fama canta.

 » Leer Mas…