Más allá del espacio que percibimos brilla una multitud innumerable
de mundos semejantes al nuestro.
Todos giran y se mueven.
Treinta y siete millones de tierras. Nueve millones quinientas mil lunas.
Pienso con espanto en distancias incalculables
y en millones de globos muertos
alrededor de soles ya apagados.
Medito sobre el orgullo.
¿Qué ocurre más allá de los astros?
El suelo está regado.
Una mujer da un beso a una niña.
Hoy la cena ha sido espléndida.
Se oye tocar un manubrio.
Hay un espejo colgado en la pared.
Entrad, entrad, la puerta está abierta.
Afuera pasan un pastor y un trapero.
Versión de Andrés Sánchez Robayna