Aunque la mañana está soleada,
tiene algo de una celda abandonada.
Habla la casa porque está callada;
y en un encogimiento del espíritu,
se me forma algo intrínseco…
…por nada.
Palabras sin sentido;
ecos de quién sabe qué ruido
se repiten las cámaras desiertas
de la desierta casa en el olvido.
Hay un rumor como el del agua de un
surtidor.
Quizá el viento que se aleja,
y que al alejarse deja
la cúspide de una queja.
Voces sin voz que entiende el corazón;
rumores que así van de pieza en pieza;
palabras sin sentido;
ecos de quién sabe qué ruido,
que ponen diafanías a la tristeza.