Si Dios me diese la oportunidad
de regresar a mi pasado,
no guardaría tantas lágrimas
ni tantos besos.
Salpicaría todas las mañanas con un verso nuevo
que llevarme a los labios,
me dejaría navegar salvaje
donde antes me atenazaba el miedo,
no amagaría aquel abrazo
que se perdió por siempre
en lo más profundo del reproche.
Invadiría más a menudo tus noches
y tus sábanas,
asaltaría tu sonrisa
para instalar mi bandera.
No te dejaría marchar jamás
de mis sueños, de mis miedos, de mis derrotas.
Si Dios me diese la oportunidad
de regresar a mi pasado,
correría hacia él con más fuerza
para que el tiempo,
el siempre tiempo,
no pudiese reconocerme,
para que yo, al fin,
no pudiese recordarme.