La sombra patea al más valiente,
sea blanco, negro, azul o rojo.
Quema los huesos en salsa de hastío
y el cielo es una ventana nublada de suspiros.
Una cuchillada a la fantasía del homosexual,
el llanto cae al plato vacío,
los zopilotes llegan a investigar.
Putiadas y picassos en la pared son la vida misma,
historias de hambre y revoluciones a medias
son la vida misma.
Un laberinto es cada pecho
y cada pecho una guitarra sin cuerdas.
La libertad una bandera sucia de infancia.
El poeta sangra pequeños universos.