Nada de lo que se diga será tomado en cuenta.
Las moscas descenderán una y otra vez sobre las vigas del
asombro.
Las manos se crisparán impotentemente una y otra vez
debajo de los sueños.
Y La Vida continuará dentro y fuera de la cama poblada de
miedos.
Alguna vez, algún viernes que no sea este, el
Amor renacerá y la soledad naufragará en mi compañía.