versión de un poema de Ted Hughes
Donde no había nada
alguien dispuso un lago amedrentado
Donde no había nada
hombros de piedra
se abrieron para sostenerlo
De las estrellas vino un viento
descendió al agua olió el temblor
Con ojos cerrados, con manos
enlazadas
los árboles
se ofrecieron al mundo
El brezo se encogió, asustado
Nada no hay nada
hasta que una gaviota
Rompe
escapa
De la nada a la nada:
un rasguño en la tela