¿Qué puede ser, señora, antes que os viese,
pues viéndoos cobré el ser que no tenía?
¿Qué pudo ver sin vos el alma mía,
o que sería de mí si así no fuese?
Según ahora me siento, aunque viviese,
no era el alma, no, por quien vivía,
que un natural instinto me regía,
hasta que vuestro rostro ver puediese.
Y viendo el resplandor y hermosura
del rostro transparente y delicado
do tanta perfición pintó natura.
de vos recebí un ser tan extremado,
que no pudiendo haber en mí mal cura
lo sufro y me sustento en mi cuidado.