Quiero volver del viento,
escrutar las palabras
y hablarte,
hablarte con mis manos llenas de cicatrices y regueros.
Quiero morir con los olivos,
silbar dentro de un grillo,
quiero morir
con los olivos.
Con el otoño intenso
me marcharé también,
seguramente caminando
por la desolación de grandes avenidas llenas de hojas,
con manos de naranjos encogidos.
Sé que voy a llorar,
llorar como hace tiempo,
llorar con los oídos, llorar con mis diez dedos,
sé que voy a llorar
hasta que me enronquezca el corazón,
hasta que yo -yo mismo-
sea otro.