De pronto entró la Libertad.
Estábamos todos dormidos,
algunos bajo los árboles,
otros sobre los ríos,
algunos más entre el cemento,
otros más bajo la tierra.
De pronto entró la Libertad
con una antorcha en la mano.
Estábamos todos despiertos,
algunos con picos y palas,
otros con una pantalla verde,
algunos más entre libros,
otros más arrastrándose, solos.
Poemas de Raúl González Tuñón
A pesar de la sala sucia y oscura
de gentes y de lámparas luminosas,
si quiere ver la vida color de rosa
eche veinte centavos en la ranura.
¡Y no ponga los ojos en esa hermosa
que frunce de promesas la boca impura!
Con narices de trapo
coloradas de frío
y el corazón de estopa
saliéndoles del pecho
condujeron al títere
que en la carpa velaron
envuelto en blanca ropa
a su último lecho
del fondo del baldío
los títeres hermanos.
Sin un céntimo, solo, tal como vino al mundo,
murió al fin en la plaza frente a la inquieta feria.
Velaron el cadáver del dulce vagabundo
dos musas: la esperanza y la miseria.
Fue un poeta completo de su vida y su obra,
escribió versos casi celestes, casi mágicos,
de invención verdadera
y como hombre de su tiempo que era
también ardientes cantos y poemas civiles
de esquinas y banderas.
El cascabel es una flor con música,
(opinión de Adolfo Enrique)
No hay nada más triste que una máscara suelta
y ahora, cuando el carnaval es triste,
pero esa lleva un gorro de cascabeles, eh,
y el cascabel es una flor con música.