Redondilla castellana de Miguel de Cervantes y Saavedra

Cuando dejaba la guerra
libre nuestro hispano suelo,
con un repentino vuelo
la mejor flor de la tierra
fue trasplantada en el cielo;
y, al cortarla de su rama,
el mortífero accidente
fue tan oculto a la gente
como el que no ve la llama
hasta que quemar se siente.