Estoy tumbado aquí con toda mi filosofía
en mi sillón en Rijmenam.
Fuera, la niebla flota. Gris
se desliza por la ventana, gris pálido.
La calefacción susurra un murmullo.
Poco a poco hace maravilloso por aquí.
Cruzo los brazos sobre mi vientre,
cierro los ojos. Y bajo.
Al pie de la escalera
se abren puertas en las tinieblas
donde el bienestar a mí y a todo,
para siempre, completamente…