Todos los días
prendida de tu sombra
como rayo de sol buscando abrigo,
prendida por tu piel
que me hace hoguera,
prendida de tu olor y tu mirada.
Como río buscando cause
entre tus manos,
prendida voy de tus deseos.
Prendida como estrella reflejándote,
como brasa en la noche
de la tierra,
como luciérnaga con verdes hipos de luz…
Todos los días a tu vera.
Todos los días húmeda en tus ecos,
como playa acariciada por tu lengua,
como nube preñada de cristales
esperando tu voz que la libera.
Todos los días,
esta piel que te reclama,
prendida de la punta de tus dedos
como carnales fuegos de San Telmo
denunciando el incendio de dos cuerpos.