Siempre! de Arturo Capdevila

De niño cuando a mi pueblo
todo llegaba por avión
o a lomo de caballo
entre la lluvia la noche el lodazal la selva
mi padre reposaba leyendo una por una
las páginas hermosas de la revista Siempre!

Yo aún no había tomado ni caballo ni avión para conocer México
México era el país y su espejo era Siempre!

Lo importante de México pasaba por esas páginas en sepia
que leíamos con mala luz eléctrica
Ahí aprendí a leer el rostro múltiple de la patria
bajo la mano sabia por apenas visible
de mi joven padre en sus treinta
Este es el doctor Atl me dijo un día cuando el pintor murió
y su noble barba ennobleció la portada de Siempre!

Y yo veía los rostros de Leduc Gómez Arias Domingo
y Suárez Alvarado Gutiérrez y González
Zabludovsky Pagés García Naranjo.

y deletreaba el nombre de la patria
como si fuera el rojo corazón del planeta
Todo esto me brota en la memoria ahora
justo ahora en que mi foto sale en la revista
y se habla bien de mí como del hombre limpio que mi padre soñó
y se honra en mí al poeta que con seguridad mi padre no soñó
Se habla de su hijo:
uno que pudo hacer que sus palabras fueran puras.

Y yo algún día soñé y si no lo soñé hubiera querido
que mi padre encontrara esos artículos donde se habla de su hijo
hojeando una por una las páginas de Siempre!

que treinta años después sigue llegando al pueblo
por vías menos ásperas mucho menos hermosas
que el lomo de un caballo
o las alas de un avión sobre el follaje espeso
Pero mi padre nunca podrá ver esas páginas:
la luz ha abandonado sus ojos para siempre
Aunque ahora tengamos en el pueblo tan buena luz eléctrica.