El deseo: pájaro negro en la noche,
abre sus alas y golpea.
Muerta el alma el deseo la hace espuma,
los caballos del mar ya no están quietos,
se exaltan y pierden.
El hombre se mueve, en esa marea
ahoga sus sentidos.
Poemas de Silvia Tomasa Rivera
Porque no tengo necesidad de hablar
estoy callada.
Suena triste pero es más verdad que el silencio.
Anoche hablé hasta que me dolió la comisura
de los labios.
Pero anoche era un tigre.
Ahora soy aquella, la hija del hombre:
sin mañana
sin semilla
sin voz.
I
De la ciudad
no puedo decir nada
porque llegué dormida
como quien llega al mar
a no pensar.
II
Vivir en la ciudad
es como un sueño largo
uno no sabe nunca
cuándo va a bostezar
y empieza el despertar.